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Empecemos dejando las cosas claras. La periostitis tibial es una putada. Lo habéis leído bien. Es muy dolorosa y no nos deja correr en condiciones. De hecho he tenido pacientes, que en su momento de mayor intensidad, no podían si correr a la parada del autobús de los pinchazos que les daba. ¿Qué podemos hacer si tenemos este problema? Vamos a ver las causas más comunes y a dar alguna herramienta para evitarlo.

La periostitis tibial, es el proceso inflamatorio del periostio de la tibia, lo que viene a ser el tejido de recubrimiento del hueso. Puede aparecer por una cuestión traumática (como en luchadores de Muay Thai) o en el caso que nos compete ahora por sobresfuerzo. Un exceso de tensión por parte de los músculos que se enganchan en ese periostio terminarán por irritarlo, y a cada zancada nos provocará más dolor.

El tibial posterior (rojo) y el sóleo serán los principales culpables, aunque también ayuda el flexor de los dedos (verde)

Esos músculos que van a provocar exceso de tensión en el periostio, son el tibial posterior y el sóleo.

El tibial posterior es un músculo flexor dorsal del tobillo pero sobre todo lo que nos interesa es su importante papel en la sustentación de los arcos del pie, como elevador del arco longitudinal e inversor del pie.Esto significa, que en personas con tobillos y pies valgos, con el arco longitudinal hundido, el pequeño tibial posterior se verá obligado a trabajar más de la cuenta, lo que provocará un exceso de tensión tanto en el tendón inferior (tendinitis del tibial posterior) como en su inserción en la tibia, provocando la citada periostitis.

El sóleo por su parte, es un músculo que en movimiento sólo se encarga de la flexión plantar del pie (el movimiento contrario) pero la importancia del sóleo está en la función amortiguadora en la pisada. Cada vez que damos una zancada en la carrera, el sóleo se debe de encargar de amortiguar las fuerzas que recibe nuestro cuerpo del suelo (junto a la fascia plantar y a la musculatura corta del pie) por lo que su trabajo será intenso, sobre todo en largas distancias y con grandes desniveles.

Al evitar ese exceso de tensión en estos dos músculos, la tensión que recibe la tibia disminuirá considerablemente, con la mejora que conllevará para la periostitis. Para conseguirlo, es muy importante, además de estirar específicamente el sóleo, fortalecer el resto de músculos que mantienen los arcos plantares sanos y vigilar el exceso de pronación del pie.

Si os surge alguna duda sobre la periostitis o sobre cómo mejorar los arcos del pie, podéis poneros en contacto conmigo a través del correo y los comentarios. Y si sois de Zaragoza podéis pasar por consulta y trabajaremos para olvidar este latoso problema.

 

Ser fuertes para ser útiles.