En la gimnasia hipopresiva no sólo metemos la tripa. La puesta en tensión de las cadenas fasciales del cuerpo es sumamente importante, y las distintas posturas que se realizan en una sesión de trabajo nos permite eliminar tensiones musculares sin realizar ni un solo estiramiento.
Uno de los componentes más importantes en la ejecución de las sesiones de Low Pressure Fitness es la elongación de la columna; imagínate que tienes un cable enganchado en la parte más alta de tu cabeza y que estira de tí hacia el techo, este es el estiramiento a axial o elongación que buscamos en la gimnasia hipopresiva.
Si a ese efecto de tracción voluntaria que mantendremos durante todos los ejercicios (incluso en los que doblamos la columna), hay que añadir la tensión provocada por la posición de las piernas y los brazos, que se colocan deliberadamente tensos, para que como la cuerda un arco, al tensarse genere más tensión.
Y como colofón final actúa la contracción hipopresiva. el diafragma tiene una importantísima acción postural, y su estiramiento provoca un aumento de tensión más que notable en su inserción en la columna, corrigiendo el exceso de cifosis y corrigiendo curvas. Además, mediante sus numerosas conexiones fasciales esa tensión se distribuirá a través del psoas y el transverso abdominal para llegar a las cadenas musculares de las piernas, y de los brazos mediante su evidente conexión con la caja torácica y ésta con pectorales. La tensión llegará hasta el cuello mediante el los ligamentos suspensorios del propio diafragma y la fascia cardiaca.
Si tienes dudas, es fácil, prueba el método, para mí que soy un friki de la postura y el movimiento, fue lo que me decantó a seguir en el mundo de la gimnasia hipopresiva, y no me arrepiento. Yo mismo tenía problemas de tensión en la espalda y molestias intermitentes en el hombro derecho, por culpa de la postura trabajo y el ejercicio físico, y fue la inclusión de sesiones de hipopresivos lo que marcó la diferencia, ya que el resto de mi entrenamiento y mi trabajo se mantuvo igual. En unos meses, mi espalda ya prácticamente no se cargaba, mi postura era más correcta y ese hombro que me daba la lata de vez en cuando y me obligaba a estirarlo más de la cuenta se relajó y así hasta hoy, además de los otros beneficios que acarrea.
Eso sí te recomiendo que des con trainer LPF certificado que te enseñe de primera mano los fundamentos y su correcta ejecución. En Zaragoza disponemos de clases individuales y grupales, sea cual sea tu nivel, no dudes en preguntarnos si tienes dudas.
Un saludo
¡Gracias por el artículo! Me lo guardo a preferidos para tenerlo presente en un futuro.
Gracias a ti por el comentario! Feliz año!