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El día 31, tuve la suerte de poder disfrutar de una fiesta de Halloween con mi pequeña.Pero para llegar a esa fiesta tuve también la gran fortuna de tener que llevarla en brazos durante 20 min en un trayecto en bus abarrotado, en el que nadie por supuesto cedió el asiento a una niña de 3 años. Al día siguiente yo disfrutaba ya de una espléndida lumbalgia, con dolor en reposo (sobre todo) y en casi todos los movimientos. Como no me impedía las actividades cotidianas, tomé una decisión. Ya que dispongo de los conocimientos necesarios y predico que el mejor agente para la curación es el movimiento consciente, será este el que sane mi dolencia.

Todos los días me he dedicado a hacer varias.cosas:

  1. Por las mañanas hacía ejercicios de exploración para ver donde y como dolía
  2. Después aplicaba calor local (secador de pelo en mi caso)
  3. A lo largo del día hacía ejercicios de movilidad y estiramiento de la columna
  4. Tomaba consciencia de mis posturas en el trabajo y fuera de él.

Algunos de los ejercicios que he estado haciendo (y seguiré haciendo) estos días

Incluso tuve la libertad de, con control, hacer ejercicio (no rehabilitador) durante tres días mientras mis dolores estaban presentes. Sólo me preocupaba de buscar posiciones correctas y no provocar síntomas en la zona

Aquí tenéis unos ejemplos de los ejercicios específicos para la espalda que:

En cuanto a los resultados, hoy es sábado y ya ha desaparecido el dolor. No es ninguna fórmula mágica, al mantener una actividad física cotidiana que activa la columna vertebral, mi cuerpo está más acostumbrado a los procesos de desgaste y regeneración inherentes al ejercicio.

Si tienes problemas en tu columna o en otras zonas, recuerda que tú eres el principal motor de la recuperación de tu cuerpo; los fisioterapeutas y entrenadores estamos aquí para ayudarte, pero eres tú el que recorre el.camino. Si tienes alguna dolencia y quieres que te ayudemos ponte en contacto con nosotros o pásate por nuestra consulta si resides en Zaragoza o alrededores y haremos lo que esté en nuestras manos.

 

Ser fuertes para ser útiles.